1.12 El enfoque de género, un balance general

No basta entonces, con hablar de hombres y de mujeres, así como de señalar sus diferencias biológicas, sociales o culturales. Un enfoque feminista, que utiliza la categoría de género como herramienta analítica, tiene que hacer visible la desigualdad y problematizar y debatir la discriminación contra las mujeres. Algo que puede advertirse en estudios postulados como "con enfoque de género" es la confusión en los términos por las diversas acepciones de la palabra "género" derivadas de su propia evolución conceptual. Estos serán aspectos que se expondrán más adelante en este escrito.

El estudio sobre la perspectiva de género se ha planteado bajo diferentes ámbitos que van desde la división sexual del trabajo en sociedades simples hasta las esclavitudes de las mujeres, Muerte materna, identidades de género, Poder de las mujeres, Normas jurídicas tradiciones y modernas en las relaciones de género etc. (Escobar y Alcázar, 2005). La perspectiva de género es una nueva manera de interpretar los fenómenos sociales que se refieren a las relaciones sociales entre hombres y mujeres, es decir, un nuevo modo de ver a la humanidad. Esta idea nos permitirá romper con la invisibilidad de las mujeres en todos los ámbitos, en la historia, en la economía, en la política y en todas las organizaciones, etc. (Invankovic, 2004).

El Género, conceptualmente y apoyados de una perspectiva sociocultural, lo podemos pensar como una construcción social, histórica, y cultural de la diferencia sexual, aludiendo con ello al conjunto de símbolos, representaciones, reglas, valores, normas y prácticas que cada sociedad y cultura elabora colectivamente a partir de las diferencias corporales de hombres y mujeres (Lamas, 2003). En otras palabras, y citando al Instituto Nacional de las Mujeres (2004: 9) "es un conjunto de ideas, creencias y atribuciones sociales, construidas en cada cultura y momento histórico; a partir de ello se construyen los conceptos de masculinidad y feminidad, los cuáles determinan el comportamiento, las funciones, oportunidades, valoración y las relaciones entre hombres y mujeres".

Como podemos darnos cuenta, los roles del hombre y de la mujer, según la teoría, no están dentro de la naturaleza, sino que son el resultado de la historia y de la cultura éstas no tienen un origen natural, en cambio el sexo viene determinado por la naturaleza, una persona nace con genitales ya sea de macho o de hembra, sus características pueden ser inmodificables, aunque en la actualidad, quirúrgicamente se pueden efectuar modificaciones, desde luego, este proceso no deja de ser artificial. Por el contrario el género, varón o mujer, se aprende, puede ser educado, cambiado y manipulado, dado que han sido aprendida (Instituto Nacional de las Mujeres; 2004).

Para Daniel Cazés (2005: 43) las cuestiones sustantivas desde la perspectiva de género son:

• ¿En qué medida la organización patriarcal del mundo y las condiciones femenina y masculina que genera facilitan e impiden a las mujeres y a los hombres satisfacer sus necesidades vitales, realizar sus aspiraciones y dar sentido a sus vidas?

• ¿Cuál es la distancia entre el desarrollo personal y social de mujeres y hombres?

• ¿Cuál es la relación entre el desarrollo y el avance de los hombres con respecto a las mujeres, y de las mujeres respecto a los hombres?

• ¿Las relaciones de dominio y opresión entre los géneros, y las formas de ser mujer y ser hombre en las condiciones patriarcales favorecen el desarrollo social, el ejercicio de los derechos humanos y el mejoramiento de la calidad de vida?

• ¿Cómo se crean y se desarrollan los procesos históricos de las relaciones patriarcales entre los géneros, cómo cambian y cómo es posible crear una alternativa no opresiva?

La categoría de género, así como el enfoque que ella misma sugiere, nos permite investigar, analizar y entender las formas en que se ha construido las feminidades y las masculinidades en cada tiempo y espacio, convirtiéndose en una herramienta básica e imprescindible en la mayoría de estudios sobre la humanidad y su cultura contemporánea. Transversalizar dicho enfoque ha pasado de un exotismo académico a un punto de suma importancia que nos ayuda a la comprensión de las nuevas dinámicas sociales.

1.13 Inferencias

Como podemos notar, las transformaciones sobre los sistemas del pensamiento universal, han ido a la par con las revoluciones económicas, y socioculturales. Los costos de las mismas, han sido cuantiosos y nada ha sido donado de manera gratuita.

Preocuparse por la equidad de género y muy en particular por "las mujeres" no es casualidad, es el reflejo de la inquietud de hombres y mujeres, que aspiran a lograr nuevas opciones ente las caóticas crisis a niveles macroestructurales. Es evidente que al igual que las críticas hechas a los sistemas religiosos, así como a los paradigmas científicos en los inicios de la segunda mitad del siglo XX, fue y será urgente analizar y erradicar la cultura patriarcal.

Los modelos socioeconómicos contemporáneos, exigen la participación tanto de hombres como de mujeres, siendo la decisión de implementar la equidad de género, una conveniencia racional, de profundas repercusiones para el sistema mundo, más que un sentimiento, resultado de reflexiones de carácter ético/moral e incluso religiosa.

Sin omitir que el discurso feminista es real, en el sentido de ser resultado de exigencias derivadas de las opresiones y sistemas de vida en los que habían condenado a las féminas, no podemos dejar de lado el análisis de lo que también ha representado, para los intereses de unos cuantos (generalmente los micro grupos de poder), la asimilación del mismo.

La equidad y la lucha por posicionarse en espacios públicos por parte de mujeres se ha convertido en una especie de mandato, sugiriendo un sistema de cuotas, aspecto por demás amenazante para las sociedades conservadoras, situación que como da resultado, en muchas ocasiones, balances dramáticos, sobre todo cuando ellas, las ahora privilegiadas, no se encuentran capacitadas para el manejo de nuevas circunstancias de vida, tales como el asumir las coordinaciones o liderazgos en cuanto a cargos públicos se refiere. Este es un problema en espacios donde la dinámica no es integral, y existe ausencia de educación en torno a los nuevos valores y códigos en cuanto a equidad se refiere. Este último aspecto se presenta constantemente en los casos latinoamericanos, donde nos encontramos en pañales sobre la labor citada.

Una vez más, las y los especialistas en torno al análisis de las culturas, nos volvemos pieza clave para entender, desde adentro, los fondos, aspecto que nos puede brindar la posibilidad de cambiar las formas en que hombres y mujeres nos podríamos relacionar tanto social, laboral, o afectivamente (por mencionar algunas). Todo esto con la finalidad de mejorar, acorde a las exigencias y necesidades espacio temporales y de la cultura oriunda, dichos aspectos. Voltear a observar las microhistorias, puede ser una opción. Al menos a eso le apostamos algunos/as. Los resultados pueden ser analizados con la esperanza de rescatar los detalles, los casos exitosos, al igual que de poner atención a los conflictos, deseando proponer, desde un diagnóstico certero, basado en el estudio sociohistórico y de la cultura, mejoras, pero no como quisieran unos pocos, o las y los "poderosos" si no como le funciona y espera las y los involucrados.